sábado, 1 de abril de 2017

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V (III Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.


Capitulo V (III Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.
Todos los seres humanos han aprendido a entrar en la subconciencia durante el sueño y todos pueden, asimismo, dominar el arte del éxtasis supraconsciente, que es una experiencia infinitamente más placentera y reparadora que aquella que se puede obtener del sueño. Este estado superior nos brinda la percepción constante de que la materia es una condensación de aquello que Dios imagina, del mismo modo que, al dormir, nuestros sueños y pesadillas son una creación efímera de nuestros propios pensamientos, condensados o “congelados” en experiencias visuales mediante el poder objetivador de la imaginación.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V (II Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" Al Estado de Conciencia Divina.


Capitulo V (II Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.
En los Evangelios, Jesús enfatiza una y otra vez el hecho de que todos pueden lograr aquello que él logró. El siguiente comentario que le hace a Nicodemo muestra de qué manera es posible:
“Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna y no perezca”.

Jesús señala que cada hijo del hombre, cada conciencia corporal, debe elevarse del plano de los sentidos al reino astral revirtiendo la corriente de la fuerza vital que se dirige hacia el exterior, en dirección a la materia, con el fin de que ascienda por el conducto enrollado en forma de serpiente que se encuentra en la base de la espina dorsal: el hijo del hombre se eleva cuando esta fuerza serpentina asciende, “como Moisés elevó la serpiente en el desierto”.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.


CAPITULO V
Cómo elevar al Hijo del Hombre"Al Estado de Conciencia Divina.

“Respondió Nicodemo: “Cómo puede ser eso?”. Jesús le respondió: “Tu eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo?. “Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del Cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo”. Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna y no perezca”. (Juan 3:9-15)
Al dirigirse a Nicodemo, Jesús señaló que el solo hecho de desempeñar el cargo ceremonial de maestro de la casa de Israel, no le garantizaba la comprensión de los misterios de la vida.