NAMASTE! Bienvenid@, amig@, este sitio fue creado para compartir mi amor por el arte, ciencia, literatura y filosofía del Vedanta, Yoga y Budismo, espero disfrutes visitarlo tanto como yo el realizarlo, iremos compartiendo notas, artículos, libros, videos, etc., y si despierta en vosotr@ la indagación, la búsqueda y la práctica, habrá cumplido con su humilde aporte!
martes, 28 de febrero de 2017
BHAGAVAD GITA - Parte IV. Conocimiento Espiritual (V)
BHAGAVAD GITA - Parte IV. Conocimiento Espiritual (V)
Fragmento de texto del libro "Bhagavad Guita El Mensaje del Maestro" escrito por "Yogui Ramacharaka". El libro es una compilación de diversas traducciones sobre este episodio de la grandiosa epopeya Hindú conocida con el nombre de Mahabarata.
- - - - -
PARTE IV.
CONOCIMIENTO ESPIRITUAL
KRISHNA. – Yo declaré esta enseñanza eterna y doctrina del Yoga a Vivasvata, a quien los hombres llaman el Sol, el Señor de Luz.
Vivasvata la comunicó a Manú, el espíritu reinante; y Manú la transmitió Ikshwaku, el fundador de la dinastía solar.
Y así fue pasando de grado en grado hasta ser conocida por los regios sabios.
Pero sabe, ¡oh príncipe!, que en el transcurso de los años decayó esta noble enseñanza y se ha debilitado su luz.
Casi se ha perdido su interno espíritu, y los hombres sólo conocen su letra. Tal es el sino de la Verdad entre los humanos.
Pero una vez más declaro la Verdad; y te la declaro a ti porque te sé genuino devoto.
Escúchala con atención, Arjuna, porque representa el supremo misterio y la más antigua de las verdades.
ARJUNA. – ¿Cómo podré resolver el enigma, si me dices que declaraste esta doctrina a Vivasvata y se nos enseña que Vivasvata es anterior a todo tiempo, y tú naciste mucho después?
KRISHNA. – Numerosos han sido mis nacimientos y renacimientos, ¡oh príncipe!, y muchos han sido también los tuyos.
Pero yo recuerdo mis vidas pasadas, mientras que tú has olvidado las tuyas.
Escucha este profundo secreto: aunque trasciendo la rueda de los nacimientos y soy el Señor de cuanto existe, porque todo emanó de Mí, me manifiesto en mi universo y nazco por mi poder, mi pensamiento y voluntad.
Has de saber que cuando la virtud y la justicia decaen en el mundo y se entronizan el vicio y la injusticia, entonces Yo, el Señor, me manifiesto como un hombre entre los hombres, y mediante mi influencia y enseñanzas destruyo el mal y la injusticia para sustituirlos con la virtud y la justicia.
He aparecido muchas veces y aún apareceré muchas más.
Quien sea capaz de verme tras el velo con que me encubro y conozca mi Esencia, quedará libre de futuros nacimientos y morará en Mí.
Libres de cólera, odio, temor y concupiscencia, con la mente fija en Mí, muchos se purificaron en la llama de la Sabiduría y vinieron a morar Conmigo.
Cualquier sendero es bueno, porque todos conducen derechamente a Mí.
Todos los senderos son míos por muy diversos que sean sus nombres. Aun los que marchan por el sendero de las divinidades inferiores y de los imaginarios dioses, y de ellos impetran el feliz resultado de sus acciones, encuentran su recompensa, porque cosechan el fruto de su acción.
Por virtud de las leyes naturales que gobiernan el pensamiento, responden a sus súplicas sus reales o imaginarios dioses.
Pero nunca debes olvidar que Yo soy el Creador del linaje humano.
De Mí proceden las cuatro castas con sus características específicas.
Reconóceme como el Creador de todas ellas, aunque en esencia soy inmutable y trasciendo las cualidades.
En mi esencia no apetezco el fruto de la acción ni me afectan sus resultados.
Quien sea capaz de percibirme tal cual soy se librará de los efectos de la acción.
Sabedores de esto, los antiguos sabios obraron sin apetecer el fruto de sus acciones, y de este modo se encaminaron hacia la liberación. Sigue su ejemplo y recibirás la misma recompensa.
Pero a veces los sabios quedaron perplejos sin poder distinguir entre la acción y la inacción.
Por lo tanto, te explicaré en qué consiste la acción, a fin de que, sabiéndolo, te sea dable evitar el mal y liberarte a tiempo.
Quien desee conocer la verdad respecto de la acción debe aprender tres cosas: la buena acción, la inacción y la mala acción.
El sendero de la acción no es fácil de discernir.
Quien vea la acción en la inacción y la inacción en la acción es sabio entre los hombres.
Sus obras están libres de los lazos del deseo, y la llama de la sabiduría purga de escoria sus actividades.
Sin apetencia por el fruto de la acción e independiente de ella, se encuentra en la inacción aun cuando cumpla una acción.
Libre de todo, subyugados los sentidos y la mente, aparece como un ser común; pero bien sabe que su verdadero ser no toma parte en la acción y se encuentra más allá del premio o del castigo.
No lo ligan las consecuencias como a aquellos que no conocen la verdad.
Se contenta con lo que le ofrecen las circunstancias, y libre de gusto y disgusto, sin envidia; ecuánime tanto en la dicha como en el infortunio, en el éxito como en el fracaso, si cumplió bien no queda ligado.
Los efectos aprisionadores de la acción desaparecen para quienes mataron la concupiscencia y mantienen la mente fija en el verdadero conocimiento y sabiduría.
Así como el sacrificio ofrendado al Eterno es un símbolo del Eterno a quien se ofrece, así se une a Mí el que en todas sus acciones piensa en Mí.
Algunos ofrecen sacrificios a los dioses menores; otros adoran el Principio divino en el fuego. Unos sacrifican los sentidos; otros ofrecen las funciones de la vida; quiénes sus riquezas; cuáles practican austeridades en señal de adoración o meditan en silencio.
Algunos se entregan al Yoga en prueba de culto reverencial; otros pronuncian votos y practican ejercicios.
Otros ofrecen en sacrificio la sagrada respiración, y otros practican el ayuno.
Todos ofrecen sacrificios, aunque de índole muy diferente.
Y a todos beneficia la disposición con que ofrecen su sacrificio.
Mucha virtud y mérito hay en el dominio de sí mismo, ¡oh príncipe!, y los que tal hacen vienen a Mí.
Verdaderamente vienen a Mí los que cada vez que ofrecen sacrificio aumentan su discernimiento espiritual.
Pero quien no ofrenda sacrificios en este mundo, ¡oh príncipe!, ¿cómo puede alcanzar mérito en el otro?
Como ves, hay muchas formas de sacrificios y de cultos, ¡oh Arjuna!; pero sabe que todas estas formas están animadas de acción. Si así lo sabes quedarás libre de error.
Pero más que la ofrenda material prefiero el sacrificio de sabiduría, porque la sabiduría es la suma de toda acción. El conocimiento espiritual abarca toda acción.
Aprende esto mediante el estudio, la investigación y el servicio. Los sabios, los videntes, aquellos que poseen el conocimiento interno, te aleccionarán a medida que estés dispuesto a recibir mayores enseñanzas, porque cuando el discípulo está preparado, no tarda en presentarse el Maestro.
Cuando necesites añadir un nuevo eslabón a la cadena de tus conocimientos, aguarda con paciencia y confianza pues éste llegará a ti en el momento menos pensado.
Y cuando hubieres adquirido esta sabiduría, ¡oh príncipe!, quedarás libre de toda confusión o error, y verás entonces la unidad de Vida en todos los seres y a todos los seres en Mí.
Aunque fueras el máximo pecador, aun podrías bogar por el mar del error, en la nave de la Verdad.
Así como la llama reduce a cenizas la madera, así el fuego de la Verdad abrasa y reduce a cenizas los resultados de las malas acciones que cometiste por ignorancia o error.
Verdaderamente, no hay nada que purifique tanto como la llama de la Verdadespiritual.
Quien recibe su contacto queda limpio de la escoria de la personalidad, y con el tiempo descubre su verdadero ser.
El hombre de fe inalterable, que domina su YO inferior y sus sentidos, alcanza la sabiduría y entra en el sendero que conduce a la suprema Paz.
Pero el ignorante y el incrédulo no hallan ni siquiera la entrada del sendero.
Sin fe no hay paz ni felicidad en este mundo ni en el otro.
Quien por medio del conocimiento espiritual logra la sabiduría y desecha la duda, está libre de los lazos de la acción.
Así pues, empuña la espada de la sabiduría y corta de un solo tajo los lazos de la duda y desconfianza que atan tu mente y tu corazón. Yérguete, ¡oh príncipe!, y cumple tu destino.
Así concluye la cuarta parte del Bhagavad Guita, titulada
CONOCIMIENTO ESPIRITUAL
http://lacienciadelossabios.blogspot.com.es/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario