El Libro de los Secretos (Osho) CAPITULO X SEGUNDO ESCRITO
CAPITULO X SEGUNDO ESCRITO
(Autorrealización: La Necesidad Básica)
Pregunta 2
Por favor, explica la contemplación, la concentración y la meditación.
Contemplación significa pensamiento dirigido.
Todos pensamos; eso no es contemplación.
Ese pensamiento no está dirigido, es vago, no conduce a ninguna parte.
En realidad, nuestro pensamiento no es contemplación, sino lo que los freudianos llaman asociación.
Un pensamiento conduce a otro sin ninguna guía tuya.
El pensamiento mismo lleva a otro debido a la asociación.
Ves un perro cruzando la calle.
En el momento en que ves el perro, tu mente comienza a pensar sobre perros.
El perro te ha llevado a este pensamiento, y luego la mente tiene muchas asociaciones. Cuando eras niño, te daba miedo cierto perro. Ese perro te viene a la mente, y luego la infancia te viene a la mente.
Entonces ya has olvidado a los perros; entonces, sólo por asociación, empiezas a fantasear sobre tu infancia.
Luego la infancia sigue siendo conectada con otras cosas, y te mueves en círculos. Cuando estés en calma y a gusto, intenta ir hacia atrás desde tus pensamientos al sitio de donde vienen los pensamientos.
Retrocede, desanda los pasos y verás que había otro pensamiento, y que ése condujo a éste.
Y no están conectados lógicamente, porque ¿cuál es la conexión entre un perro en la calle y tu infancia? No hay una conexión lógica; tan sólo una asociación en tu mente.
Si yo cruzara la calle, el mismo perro no me llevaría a mi infancia, conduciría a otra cosa.
En una tercera persona conduciría a otra cosa de nuevo diferente.
Todo el mundo tiene cadenas de asociaciones en la mente.
Con cualquier persona, algún suceso, algún accidente conducirá a la cadena.
Entonces la mente empieza a funcionar como un ordenador. Entonces una cosa conduce a otra, la otra conduce a otra, y sigues, y estás todo el día haciendo eso.
Escribe en una hoja de papel todo lo que te llegue a la mente, honestamente. Te quedarás asombrado de lo que está sucediendo en tu mente.
No hay relación entre dos pensamientos, y sigues pensando de esa manera. ¿Llamas a esto pensar? No es más que asociación de un pensamiento con otro, y ellos mismos dirigen…, tú eres dirigido.
Pensar se vuelve contemplación cuando el pensamiento no se mueve por asociación, sino que es dirigido. Estás ocupándote de un problema específico: entonces descartas todas las asociaciones.
Te ocupas sólo de ese problema, diriges tu mente.
La mente tratará de escapar a cualquier desvío, a cualquier rumbo lateral, a alguna asociación. Tú cortas totalmente todas las rutas transversales; sólo diriges tu mente en un rumbo.
Un científico que trabaja en un problema está en contemplación.
Un lógico que trabaja en un problema, un matemático que trabaja en un problema está en contemplación.
Un poeta contempla una flor.
Entonces el mundo entero es excluido, y sólo quedan esa flor y el poeta, y él se mueve con la flor.
Habrá muchas cosas alrededor que lo atraerán, pero él no permitirá que su mente se vaya a ninguna parte.
La mente se mueve en una línea, dirigida.
Esto es contemplación.
La ciencia se basa en la contemplación.
Cualquier pensamiento lógico es contemplación:
El pensamiento es dirigido, guiado.
El pensamiento corriente es absurdo.
La contemplación es lógica, racional.
Luego está la concentración.
Concentración es quedarse en un punto.
No es pensar; no es contemplación.
Es realmente estar en un punto, no permitiendo que la mente se mueva en absoluto.
En el pensamiento corriente la mente se mueve como una loca. En la contemplación la loca es guiada, dirigida; no se puede escapar a ninguna parte.
En la concentración no se permite a la mente que se mueva.
En el pensamiento corriente, se le permite que se vaya a cualquier parte; en la contemplación, se le permite ir sólo a un sitio; en la concentración, no se le permite que se mueva, sólo se le permite estar en un punto.
Toda la energía, todo el movimiento se detiene, se fija en un punto.
El yoga tiene que ver con la concentración, la mente corriente con el pensamiento no dirigido, la mente científica con el pensamiento dirigido. La mente yóguica tiene su pensamiento enfocado, fijo en un punto; no se permite ningún movimiento.
Y luego está la meditación.
En el pensamiento ordinario, a la mente se le permite que se vaya a cualquier parte.
En la contemplación, se le permite ir sólo en una dirección; todas las demás direcciones son cortadas totalmente.
En la concentración, no se le permite moverse ni siquiera en una dirección; sólo se le permite que se concentre en un punto. Y en la meditación, la mente no es permitida en absoluto. Meditación es no mente.
Son cuatro fases: pensamiento corriente, contemplación, concentración, meditación.
Meditación significa no-mente: ni siquiera la concentración es permitida. ¡No se permite que exista la mente misma!
Por eso la meditación no puede llegar a ser comprendida por la mente. Hasta la concentración, la mente tiene un ámbito, un medio. La mente puede comprender la concentración, pero la mente no puede comprender la meditación.
En realidad, la mente no es permitida en modo alguno.
En la concentración, a la mente se le permite estar en un punto. En la meditación, incluso ese punto es arrebatado.
En el pensamiento corriente, todas las direcciones están abiertas.
En la contemplación, sólo una dirección está abierta.
En la concentración, sólo un punto está abierto; ninguna dirección.
En la meditación, ni siquiera ese punto está abierto: a la mente no se le permite estar.
El pensamiento corriente es el estado mental corriente, y la meditación es la posibilidad más alta.
La más baja es el pensamiento corriente, la asociación, y la más alta, la cima, es la meditación: no-mente.
Y con la segunda pregunta, se inquiere también:
La contemplación y la concentración son procesos mentales. ¿Cómo pueden los procesos mentales ayudar a conseguir un estado de no-mente?
La pregunta es importante.
La mente pregunta: ¿cómo puede la mente misma ir más allá de la mente? ¿Cómo puede cualquier proceso mental ayudar a conseguir algo que no es de la mente? Parece contradictorio. ¿Cómo puede tu mente intentar, hacer un esfuerzo por crear un estado que no es de la mente? Trata de comprender.
Cuando está la mente, ¿qué hay? Un proceso de pensamiento. Cuando hay no-mente, ¿qué hay? Ningún proceso de pensamiento.
Si vas disminuyendo tu proceso de pensamiento, si vas disolviendo tu pensamiento, poco a poco, lentamente, vas alcanzando la no mente.
Mente significa pensar; no mente significa no pensar.
Y la mente puede ayudar. La mente puede ayudar a suicidarse. Te puedes suicidar; nunca preguntas cómo un hombre que está vivo puede ayudarse a sí mismo a estar muerto.
Te puedes ayudar a ti mismo a estar muerto: todo el mundo está tratando de ayudar. Te puedes ayudar a ti mismo a estar muerto, y estás vivo. La mente puede ayudar a ser no-mente. ¿Cómo puede ayudar la mente? Si el proceso de pensamiento se vuelve más y más denso, entonces estás procediendo de mente a más mente.
Si el proceso de pensamiento se vuelve menos denso, es disminuido, es aminorado, te estás ayudando a ti mismo a llegar a la no-mente. Depende de ti.
Y Ia mente puede ser de ayuda, porque en realidad la mente es lo que estás haciendo con tu consciencia ahora mismo.
Si dejas a tu consciencia en paz, sin hacer nada con ella, se vuelve meditación.
De modo que hay dos posibilidades: puedes disminuir tu mente lenta, gradualmente, poco a poco.
Si disminuye un uno por ciento, entonces eres noventa y nueve por ciento mente y uno por ciento no-mente dentro de ti.
Es como si hubieras sacado algunos muebles de tu habitación: se crea algo de espacio en ella.
Luego sacas más muebles, y se crea más espacio.
Cuando has sacado todos los muebles, la habitación entera se vuelve espacio.
En realidad, el espacio no es creado sacando los muebles; el espacio ya estaba allí.
Es sólo que el espacio estaba ocupado por los muebles.
Cuando retiras los muebles, no entra nada de espacio desde afuera; el espacio estaba ahí, ocupado por los muebles.
Has sacado los muebles, y el espacio es recuperado, rescatado. En el fondo, la mente es espacio ocupado, llenado por los pensamientos.
Si extraes algunos pensamientos, se crea espacio; o se descubre, o se rescata. Si sigues retirando tus pensamientos, poco a poco vas recobrando tu espacio. Este espacio es meditación.
Puede hacerse lentamente; también de sopetón.
No hay necesidad de seguir quitando los muebles durante vidas seguidas, porque hay problemas.
Cuando empiezas a quitar los muebles, se crea un uno por ciento de espacio libre, y el noventa y nueve por ciento de espacio está ocupado.
Ese noventa y nueve por ciento de espacio ocupado no se sentirá bien respecto al espacio desocupado; tratará de llenarlo. De modo que uno va disminuyendo lentamente los pensamientos y, sin embargo, creando nuevos pensamientos. Por la mañana te sientas a meditar un rato; aminoras tu proceso de pensamiento.
Luego vas al mercado, y allí hay de nuevo un ajetreo de pensamientos. El espacio es llenado de nuevo.
Al día siguiente haces otra vez lo mismo, y continúas haciéndolo: echándolo, e invitándolo de nuevo a que entre. También puedes deshacerte de todos los muebles de sopetón.
Es tu decisión. Es difícil, porque te has acostumbrado a los muebles. Puede que te sientas incómodo sin los muebles; no sabrás qué hacer con ese espacio.
Puede que incluso te asuste entrar en ese espacio.
Nunca has entrado en semejante libertad.
La mente es un condicionamiento.
Nos hemos acostumbrado a los pensamientos.
¿Has observado alguna vez -si no lo has observado, obsérvalo que sigues repitiendo los mismos pensamientos todos los días? Eres como un disco, y además uno no demasiado reciente, nuevo: uno viejo.
Sigues repitiendo y repitiendo las mismas cosas. ¿Por qué? ¿De qué te sirve? Sólo sirve para una cosa; es tan sólo un viejo hábito: te parece que estás haciendo algo.
Estás tumbado en la cama esperando a que llegue el sueño, y se repiten las mismas cosas todos los días. ¿Por qué estás haciendo eso? Ayuda de una manera.
Los viejos hábitos, los condicionamientos, ayudan.
Un niño necesita un juguete. Si le dan el juguete, se dormirá; entonces le puedes quitar el juguete. Pero si no tiene el juguete, el niño no se puede dormir. Es un condicionamiento.
En cuanto le dan el juguete, activa algo en su mente.
Ahora está listo para dormirse.
Lo mismo te está sucediendo a ti.
Los juguetes pueden ser diferentes.
Una persona no se puede dormir a menos que empiece a entonar: «Rama, Rama, Rama…» ¡No se puede dormir! Esto es un juguete. Si canturrea: «Rama, Rama, Rama…», se le da el juguete; se puede dormir.
Tienes dificultades para dormirte en una nueva habitación.
Si estás acostumbrado a dormir con una ropa determinada, necesitarás esa ropa concreta todos los días.
Los psicólogos dicen que si duermes en pijama y no te lo dan, tendrás dificultades para dormirte. ¿Por qué? Si nunca has dormido desnudo y se te dice que duermas desnudo, no te sentirás a gusto. ¿Por qué? No hay relación entre la desnudez y dormir, pero para ti sí hay una relación, un viejo hábito.
Con los viejos hábitos uno se siente a gusto, cómodo.
Los patrones de pensamiento son también simplemente hábitos. Te sientes cómodo: los mismos pensamientos cada día, la misma rutina. Te parece que todo está bien.
Tienes intereses en tus pensamientos; ése es el problema.
Tus muebles no son tan sólo basura que hay tirar; has invertido muchísimas cosas en ellos.
Se pueden tirar todos los muebles inmediatamente, ¡se puede hacer! Hay métodos súbitos de los que hablaremos. Inmediatamente, ahora mismo, puedes ser liberado de todo tu mobiliario mental.
Pero entonces, de pronto, estarás desocupado, vacío, y no sabrás quién eres.
No sabrás qué hacer, porque por primera vez tus viejos hábitos ya no están. Puede que el shock sea demasiado súbito.
Puede incluso que te mueras, o puede que te vuelvas loco.
Es por eso por lo que los métodos súbitos no se usan.
A menos que uno esté preparado, los métodos repentinos no se emplean. Uno podría volverse loco de pronto, porque puede que eche de menos todas las amarras.
El pasado desaparece inmediatamente, y cuando el pasado desaparece inmediatamente no puedes concebir el futuro, porque el futuro siempre se concebía en función del pasado. Sólo queda el presente, y nunca has estado en el presente. Estabas en el pasado o en el futuro. De manera que cuando estás simplemente en el presente por primera vez, te parece que te has vuelto mochales, loco.
Es por eso por lo que los métodos súbitos no se emplean a menos que estés trabajando en una escuela, a menos que estés trabajando con un maestro en un grupo, a menos que estés totalmente entregado, a menos que hayas dedicado toda tu vida a la meditación.
De manera que los métodos graduales son buenos.
Requieren mucho tiempo, pero poco a poco te vas acostumbrando al espacio.
Empiezas a sentir el espacio y su belleza, su dicha, y entonces tus muebles son retirados poco a poco.
De modo que desde el pensamiento corriente está bien volverse contemplativo: ése es el método gradual.
De la contemplación es bueno pasar a la concentración: ése es el método gradual. Y de la concentración es bueno dar el salto a la meditación.
De esta manera estás yendo lentamente, sintiendo el terreno a cada paso. Y cuando estás realmente enraizado en un paso, sólo entonces empiezas a dar el próximo.
No es un salto, sino un crecimiento gradual.
Así que estas cuatro cosas -el pensamiento corriente, la contemplación, la concentración, la meditaciónson cuatro fases. Pregunta 3
¿Es el desarrollo del centro del ombligo exclusivamente libre e independiente del crecimiento de los centros del corazón y la cabeza, o se desarrolla el centro del ombligo simultáneamente al crecimiento del corazón y la cabeza? y también, por favor, explica en qué se diferencian el adiestramiento y las técnicas para el centro del ombligo del adiestramiento y las técnicas para el desarrollo de los centros del corazón y la cabeza.
Hay que comprender algo básico: los centros del corazón y la cabeza tienen que ser desarrollados; el centro del ombligo, no. El centro del ombligo sólo tiene que ser descubierto; no tiene que ser desarrollado. El centro del ombligo ya está ahí.
Tienes que destaparlo, o descubrirlo. Ya está completamente desarrollado; no tienes que desarrollarlo.
El centro del corazón y el centro de la cabeza son desarrollos. No están ahí esperando a ser descubiertos; tienen que ser desarrollados.
La sociedad, la cultura, la educación, el condicionamiento ayudan a desarrollarlos.
Pero naces con un centro del ombligo.
Sin el centro del ombligo no puedes existir.
Puedes existir sin el centro del corazón, puedes existir sin el centro de la cabeza. No son necesidades; es bueno tenerlos, pero puedes existir sin ellos. Será muy inconveniente, pero puedes existir sin ellos.
Sin embargo, sin el centro del ombligo no puedes existir.
No es sólo una necesidad; es tu vida.
De manera que hay técnicas para desarrollar el centro del corazón: cómo aumentar el amor, cómo aumentar la sensibilidad, cómo hacer una mente más sensible.
Hay métodos y técnicas para volverse más racional, más lógico. La razón puede ser desarrollada, la emoción puede ser desarrollada, pero la existencia no puede ser desarrollada.
Ya está ahí; tiene que ser descubierta.
Esto implica muchas cosas.
Una: puede que no te resulte posible tener una mente, una facultad de razonar, como Einstein.
Pero puedes convertirte en un buda.
Einstein es un centro mental funcionando a la perfección.
O alguna otra persona…, un amante.
Un Majnu está funcionando a la perfección en su centro del corazón. Puede que no seas capaz de convertirte en un Majnu, pero puedes convertirte en un buda, porque la cualidad búdica no tiene que ser desarrollada en ti; ya está ahí.
Tiene que ver con el centro básico, el centro original: el ombligo. Ya está ahí. Ya eres un buda, sólo que inconsciente.
No eres ya un Einstein.
Tendrás que poner empeño en ello, y aun así no hay ninguna garantía de que llegues a serlo.
No hay ninguna garantía porque, en realidad, parece imposible. ¿Por qué parece imposible? Porque para desarrollar la cabeza de Einstein se necesita el mismo crecimiento, el mismo ámbito social, el mismo adiestramiento que le fue dado a él.
No puede ser repetido porque es irrepetible.
En primer lugar tendrás que encontrar los mismos padres, porque el adiestramiento comienza en el útero.
Es difícil encontrar los mismos padres: imposible. ¿Cómo vas a encontrar los mismos padres, la misma fecha de nacimiento, el mismo hogar, los mismos compañeros, los mismos amigos? Tendrás que repetir la vida de Einstein exactamente: ¡un duplicado! Si falta aunque sea un solo punto, serás un hombre diferente. De modo que eso es imposible.
Cualquier individuo nace sólo una vez en este mundo, porque la misma situación no puede ser repetida.
La misma situación es un fenómeno inaccesible. ¡Significa que debe ser el mismo mundo en el mismo momento! No es posible; es imposible. Y ya estás aquí, de manera que, hagas lo que hagas, tu pasado estará en ello.
No te puedes volver un Einstein.
La individualidad no puede ser repetida.
Buda no es un individuo, Buda es un fenómeno.
Ningún factor individual es significativo; sólo tu ser es suficiente para ser un buda.
El centro ya está ahí, funcionando; tienes que descubrirlo.
De modo que las técnicas para el corazón son técnicas para desarrollar algo, y las técnicas referentes al centro del ombligo implican destapar, descubrir.
Tienes que destapar.
Ya eres un buda; sólo tienes que saberlo.
De manera que hay dos tipos de personas: budas que saben que son budas, y budas que no saben que son budas.
Pero todas son budas.
Por lo que respecta a la existencia, todos son lo mismo.
Sólo en existencia hay comunismo; en todo lo demás el comunismo es absurdo.
Nadie es igual; la desigualdad es básica en todo lo demás.
Así que puede parecer una paradoja si digo que sólo la religión conduce al comunismo, pero me refiero a este comunismo: esta cualidad profunda de existencia, de ser.
En eso eres igual a Buda, a Cristo, a Krishna, pero en nada más son dos individuos iguales.
La desigualdad es básica en lo que respecta a la vida externa; la igualdad es básica en lo que respecta a la vida interna.
De modo que estos ciento doce métodos no son en realidad para desarrollar el centro del ombligo; son para destaparlo, para descubrirlo.
Es por eso por lo que a veces uno se vuelve un buda instantáneamente, porque no es cuestión de crear nada.
Si puedes mirarte a ti mismo, si puedes ir al fondo de ti, todo lo que necesitas ya está ahí.
Ya es así, de modo que la única cuestión es cómo ser arrojado a ese punto en el que ya eres un buda.
La meditación no te ayuda a ser un buda; sólo te ayuda a tomar conciencia de tu budidad.
Pregunta 4
¿Están todos los iluminados centrados en el ombligo? Por ejemplo, Krishnamurti ¿está centrado en la cabeza, o en el ombligo? ¿Estaba Ramakrishna centrado en el corazón, o en el ombligo?
Todo iluminado está centrado en el ombligo, pero la expresión de cada iluminado puede fluir por otros centros.
Comprende la distinción claramente.
Todo iluminado está centrado en el ombligo.; no existe otra posibilidad.
Pero la expresión es otra cosa.
Ramakrishna se expresa desde el corazón.
Usa su corazón como vehículo de su mensaje.
Lo que ha encontrado en el ombligo lo expresa a través del corazón.
Canta, baila: ésa es su manera de expresar su dicha.
La dicha se encuentra en el ombligo; en ninguna otra parte. Está centrado en el ombligo, pero ¿cómo decir a los demás que está centrado en el ombligo? Usa el corazón para expresarlo. Krishnamurti usa la cabeza para expresar; por eso las expresiones de ambos son contradictorias.
Si crees en Ramakrishna no puedes creer en Krishnamurti.
Si crees en Krishnamurti no puedes creer en Ramakrishna, porque la creencia siempre se centra en la expresión, no en la experiencia.
Ramakrishna le parece infantil a un hombre que piensa con la razón: «¿Qué son estas tonterías: bailar, cantar? ¿Qué está haciendo? Buda nunca bailó, y este Ramakrishna está bailando. Resulta infantil.» A la razón el corazón siempre le parece infantil, pero al corazón la razón le parece inútil, superficial.
Lo que dice Krishnamurti es lo mismo.
La experiencia es la misma que lo fue para Ramakrishna o Chaitanya o Mira.
Pero si la persona es mental, su explicación, su expresión es racional. Si Ramakrishna ve a Krishnamurti, le dirá: «Venga, vamos a bailar. ¿Por qué perder el tiempo? Con la danza se puede expresar más fácilmente, y llega más adentro.» Krishnamurti dirá: «¿Bailar? Uno queda hipnotizado con la danza. No bailes. ¡Analiza! ¡Razona! Compréndelo, analiza, sé consciente.» Son centros diferentes que se usan para expresar, pero la experiencia es la misma.
Uno puede pintar la experiencia: algunos maestros Zen han pintado su experiencia. Cuando se iluminaban, la pintaban.
No decían nada, sólo la pintaban.
Los rishis, los sabios de los Upanishads han creado bellos poemas. Cuando se iluminaban, creaban poesía.
Chaitanya solía bailar; Ramakrishna solía cantar.
Buda y Mahavira usaron la cabeza, la razón, para explicar, para decir lo que habían experimentado.
Crearon grandes sistemas de pensamiento para expresar su experiencia. Pero la experiencia no es ni racional ni emocional: está más allá de ambas cosas.
Ha habido pocas personas, muy pocas, que pudieron expresar a través de ambos centros.
Puedes encontrar muchos Krishnamurtis, puedes encontrar muchos Ramakrishnas, pero sólo a veces sucede que una persona puede expresar a través de ambos centros.
Entonces esa persona resulta confusa.
Entonces nunca estás a gusto con ese hombre, porque no puedes concebir ninguna relación entre ambos; parecen contradictorios. Si digo algo, cuando lo digo debo hacerlo a través de la razón.
De manera que atraigo a muchas personas que son racionalistas, mentales.
Luego un día ven que permito que se cante y que se baile, y se sienten incómodos: «¿Qué es esto? No hay relación…»
Pero para mí no hay contradicción.
Bailar también es una forma de hablar; y, a veces, una forma más profunda.
La razón también es una forma de hablar; y, a veces, una forma muy clara. Así que ambos son formas de expresión.
Si ves a Buda bailando, estarás en dificultades.
Si ves a Mahavira tocando la flauta, de pie y desnudo, no podrás dormir. ¿Qué le ha sucedido a Mahavira? ¿Se ha vuelto loco? Con Krishna la flauta está bien, pero con Mahavira es absolutamente inconcebible.
¿Una flauta en manos de Mahavira? ¡Inconcebible! No puedes siquiera imaginarlo.
Pero la razón no es que haya contradicción alguna entre Mahavira y Krishna, Buda y Chaitanya; se debe a una diferencia de expresión.
Buda atraerá a un tipo determinado de mente – la mente orientada hacia la cabeza- y Chaitanya y Ramakrishna atraerán justo lo opuesto: la mente orientada hacia el corazón. Pero surgen dificultades.
Una persona como yo crea dificultades: yo atraigo a ambos, y entonces nadie está a gusto.
Cuando hablo, la persona orientada hacia la cabeza está a gusto, pero cuando permito el otro tipo de expresión, la persona orientada hacia la cabeza se siente incómoda.
Y lo mismo le sucede al otro: cuando se usa algún método emocional, la persona orientada hacia el corazón se siente a gusto, pero cuando debato, cuando analizo lógicamente algo, entonces está ausente, no está ahí. Dice: «Esto no es para mí.» Una señora vino a verme hace sólo un día, y dijo: «Estuve en el Monte Abu, pero había una dificultad.
El primer día, cuando te oí fue muy hermoso, me atrajo; me sentí emocionada. Pero luego vi el kirtan -cánticos y bailes devocionales- y decidí irme inmediatamente; eso no era para mí.
Fui a la estación de autobuses, pero entonces había un problema. Quería oírte hablar, así que volví.
No quería perderme lo que decías.» Debe de haber estado en dificultades.
Me dijo: «Era tan contradictorio…» Parecía serio porque estos centros son contradictorios, pero esta contradicción está en ti. Tu cabeza no está a gusto con tu corazón; están en conflicto.
A causa de tu conflicto interno, te parece que Ramakrishna y Krishnamurti están en conflicto.
Crea un puente entre tu cabeza y tu corazón, y entonces sabrás que son medios, vehículos. Ramakrishna era absolutamente inculto: ningún desarrollo de la razón. Era puro corazón.
Sólo un centro se había desarrollado, el corazón.
Krishnamurti es pura razón. Estuvo en manos de algunos de los más vigorosos racionalistas: Annie Besant, Leadbeater y los teósofos. Ellos fueron los grandes creadores de sistemas de este siglo.
En realidad, la teosofía es uno de los más grandes sistemas jamás creados, absolutamente racional.
Krishnamurti fue educado por racionalistas; es pura razón. Incluso cuando habla sobre el corazón y el amor, la expresión misma es racional.
Ramakrishna es diferente.
Incluso si habla sobre la razón, es absurdo.
Totapuri acudió a él, y Ramakrishna empezó a aprender Vedanta de él.
Así que Totapuri dijo: «Deja todas estas tonterías devocionales. Deja completamente a esta Kali, la madre. A menos que dejes todo eso no te voy a enseñar, porque el Vedanta no es devoción, sino conocimiento.» Así que Ramakrishna dijo: «Muy bien, pero permíteme un momento para que pueda ir a preguntarle a la madre si puedo dejarlo todo, toda esta tontería.
Permíteme un momento para que le pregunte a la madre.» Éste es un hombre orientado hacia el corazón.
Incluso para dejar a la madre tendrá que preguntárselo a ella. «Y», dijo, «ella es tan amorosa que me lo permitirá, así que no te incomodes.» Totapuri no entendía lo que había dicho. Ramakrishna dijo: «Ella es tan amorosa…, nunca me ha dicho que no; en ninguna ocasión. Si digo: “Madre, te voy a dejar porque ahora estoy aprendiendo Vedanta y no puedo hacer estas tonterías emocionales; así que permítemelo, por favor” ,ella lo permitirá. Me dará completa libertad para dejarlo.» Crea un puente entre tu cabeza y tu corazón, y entonces verás que todos los que se han iluminado dicen lo mismo; sólo sus lenguajes pueden diferir.
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