viernes, 24 de febrero de 2017

YOGA VASISHTHA - Valmiki - part 3



QUINTA CONVERSACIÓN

Dijo el bienaventurado Våsishtha:

«El egoísmo es la raíz de las formas de sufrimiento más extendidas por los bosques de este mundo, cuyos árboles producen las envenenadas flores de los deseos. Por lo tanto, oh Rama, esfuérzate con diligencia en hacer desaparecer de tu corazón el sentido del egoísmo y busca la felicidad comprobando en cada momento la nada de tu pequeño tú.
El error del egoísmo es comparable con una nube oscura: esconde en sus tinieblas el brillante disco de la luna de la verdad y oculta de nuestra vista sus rayos luminosos. La errónea impresión de realidad del mundo no puede borrarse sin el conocimiento de su irrealidad, conocimiento que procede de los Shastras y de los labios vivos de un Instructor.
Aquel que predica la irrealidad del mundo y la realidad de Brahman es tomado en broma por el ignorante, que le mira como a un loco. El sabio y el ignorante no pueden ponerse de acuerdo sobre este tema, como no pueden entenderse los borrachos con la gente sobria.
El hombre inteligente, que cree que el Espíritu supremo y siempre sereno de Brahman penetra el universo, no puede ser desviado de su sólida convicción.
Los ignorantes desconocen la noción de Espíritu: creen que la Materia es la causa y el efecto de su propia producción. Pero el hombre dotado de sabiduría discierne al Espíritu dominando en todas las formas de creación de la misma manera que ve la sustancia, es decir, el oro, en todos los adornos hechos de este metal.Sólo hay un Ser realmente existente; es en Sí mismo Verdad y Consciencia; su naturaleza es paz y pura Inteligencia. Es inmaculado, omnipresente, en constante quietud, sin altibajos.




Siendo quietud y calma perfecta; no ve nada en la existencia; y sus creaciones subsisten en ese reposo como partículas de Su propio esplendor.
De la misma manera que se ve brillar a las estrellas en la oscuridad de la noche y emerger a las olas en la superficie de las aguas, así todos estos fenómenos se manifiestan en Su realidad.
Todo lo que este Ser quiera ser, en el acto se autoconcibe siéndolo; sólo esta Inteligencia es la verdadera Realidad, y todas las demás son reales sólo en la medida en que se las ve salir de Ella y volver a Ella.
También nosotros hemos surgido de esa Voluntad divina: así, en ninguno de nosotros hay realidad ni irrealidad.
Esa Inteligencia despierta se llama mundo fenoménico y dormida y en calma lo que denominamos salvación, liberación o extinción del sufrimiento.
Ahora escucha, oh Rama, y te enseñaré a conocer esa Verdad divina.
El hombre de mente elevada observa el mundo como observaría una brizna de paja y rechaza sus preocupaciones como se despoja una serpiente de su piel.
Aquel cuya mente es iluminada por la maravillosa luz de la verdad del santo Yoga Adhyatma, se encuentra siempre bajo la protección de las leyes espirituales al igual que el Huevo del mundo está siempre protegido por Brahma.
Acércate al Instructor, oh Rama, con fe y veneración, y escucha todos los días la Verdad sagrada que sale de sus labios, sirviéndole con todas tus fuerzas. Por él recibirás un día la Verdad divina y serás libre.
Quienes son conocidos por sus virtudes, tienen el poder de gobernar su destino, de cambiar sus males en bien y de volver duradera su prosperidad. Quienes están insatisfechos con su presente estado y desean progresar, así como aquellos que tienen sed de conocimiento y buscan la Verdad, estos son llamados con toda la razón seres humanos; todos los demás no son más que brutos.
El renovado deseo de gozar de lo que se ha gozado y de volver a ver lo que ya se ha visto, no es el medio de desembarazarse del mundo, sino la causa de numerosos nacimientos debidos a esos mismos placeres.Que repercuta en el mundo la grandeza de tus virtudes, tu renuncia, la excelencia de tu conducta, tu servicio desinteresado a los hombres y tu consagración a Dios en la persona del Instructor, porque de aquellos cuyas buenas acciones resplandecen como la luz de la luna se dice que están verdaderamente vivos, mientras que los demás, quienes no alcanzan un renombre semejante, están muertos aunque vivan.
Los frutos de la realización maduran siguiendo con paciencia los mandamientos de los Shastras, repitiendo, sin prisa por alcanzar el éxito, los mantras recibidos en las iniciaciones y perfeccionándose a través de una larga práctica.
¿Para qué pueden servir la riqueza, la belleza, la fama o el poder sin un conocimiento de la Verdad? Conságrate al saber, por tanto, y considera a la riqueza como un desecho sin valor.
Elévate y acepta el remedio capaz de preservarte de la vejez y de la muerte: el conocer que toda riqueza y toda prosperidad, todo placer y todo goce son perjudiciales si no están consagrados al bien de los demás; si no, su único efecto es hastiar y debilitar nuestro organismo.
Ahora, Rama-ji, he aquí la Verdad suprema. Bienaventurados quienes la escuchan y por tres veces benditos quienes, de su realización, hacen el único objetivo de su vida.
Brahman es el intelecto.
Brahman es la mente.
Brahman es la inteligencia.
Es sustancia. Es solidez.
Es el principio de todas las cosas.
El universo entero es Brahman.
Y, sin embargo, Él trasciende infinitamente todo esto.
En realidad, el mundo es nada, porque todo es únicamente Brahman.
Al margen del hecho de la existencia de Brahman, no hay nada que pueda comprobarse como absolutamente cierto, y la verdad escrituraria declara: «Verdaderamente, todo es Brahman. »
Guárdate del grandioso espectáculo de este mundo, que tan sustancial es para la vista y tan absurdo para la experiencia; es la guarida de los dragones del deseo lanzando la venenosa espuma de sus pasiones.
Intenta abandonar tus deseos y evitarás todas las dificultades; deja de pensar en algo y tu antojo por ello desaparecerá por sí solo. Incluso pisar una flor se acompaña de unesfuerzo, pero ningún esfuerzo es necesario para destruir tu deseo, porque desaparecerá por sí mismo si no piensas en él.
Para coger una flor tienes que abrir la mano, pero para destruir tus frágiles y engañosos deseos no tienes que hacer nada.
Apartando tus pensamientos de los objetos y fijándolos en Brahman, serás capaz de realizar lo que para los demás es imposible.
La entera preocupación de nuestras vidas es desear y hacer, y a continuación, desear de nuevo; sin embargo, cuando se ha extirpado de la mente toda su propensión inquieta, queda liberada de toda ansiedad.
Abandona tu loca confianza en los fenómenos visibles, deja todo eso y permanece enraizado en la consciencia ‘Soy el Infinito’.
Antes de haber borrado de la mente la idea de que hay cosas deseables y otras que no lo son, es difícil encontrar la paz y la gracia de la serenidad, como le es difícil al claro de luna traspasar un cielo encapotado.
Nuestros deseos y nuestras aversiones son dos monos que viven en el árbol de nuestro corazón; mientras lo sacudan y lo zarandeen con sus brincos y sobresaltos, no puede haber reposo.»
 Krishna Vishvarupa



SEXTA CONVERSACIÓN

Dijo el príncipe Rama:

«Venerable Señor, tú conoces los misterios de todas las cosas. Una gran duda se encrespa en mi corazón como una ola en el mar. ¿Cómo puede, Señor, adherirse la impureza a la mente, que está ubicada en la pureza eterna del Espíritu infinito, Brahman, no limitado por el tiempo ni el espacio?
Además, si no hay —ni ha habido ni habrá jamás— otra cosa que la Entidad espiritual, ¿cómo y de dónde ha podido aparecer en Él semejante impureza?»

Contestó Våsishtha:

«¡Bien dicho, bien amado Príncipe!
Observo que tu comprensión se acerca a la vía de la liberación y recoge el perfume de las flores que se abren en el jardín del paraíso. Sin embargo, aún no es el momento apropiado para ti de hacer esa pregunta. La podrás hacer cuando yo llegue a la conclusión del tema.
Es preferible examinar la mente con cuidado, percatándose de la naturaleza de sus actos y operaciones, que contribuyen a provocar los renovados nacimientos de los humanos.
La mente se deleita con pensamientos sobre los objetos deseados; entonces, asimilando la naturaleza de éstos, asume la misma forma de lo que le proporciona su placer.
Ya que el cuerpo está sometido a la mente, se moldea en la forma de ésta, exactamente igual que el viento se embalsama con el perfume de los macizos de flores sobre los que sopla.
Los sentidos interiores, una vez estimulados, animan a los órganos exteriores de los sentidos según sus modalidades. Sea cual fuere la naturaleza que por sus disposiciones adopte la mente, queda reflejada en la forma de sus dos actividades: la voluntad y la acción.
Los Sabios del sagrado Yoga Adhayatma reconocen que la mente, en su esencia, es Brahman, y recomiendan la paz y el dominio de sí mismo como únicos medios de alcanzar la liberación.Discípulo bien amado (Rama tocó los pies del bienaventurado Sabio como signo de grandísima veneración), sabe que la mente es la fuente de todas las reglas y métodos como el mar es el origen de toda perla escondida en su seno.
Así, los discípulos amados de su guru que deseen gozar de la dicha sin mezcla de su espíritu deben habituar a su mente a permanecer en ese estado de felicidad.
La mente que se ha escapado de la esfera del mundo fenoménico está en adelante libre de todo placer y de todo sufrimiento, como el pajarillo que sale volando por los aires tras romper el huevo y dejar el suelo terrestre.
Oh inocente Rama, no mantengas inclinación alguna hacia el mundo fenoménico. Es ilusión sin realidad, se halla repleto de temores y tendencias malas y se despliega para seducir a la mente distraída.
Los sabios han llamado escenario mágico (maya) a nuestra consciencia del mundo, designándola como aparición de ignorancia, simple idea y causa y efecto de nuestras acciones.
Sabe que es la mente embaucadora quien desarrolla al mundo visible ante ti; desempáñala, pues.
La meditación concentrada del yogui contemplativo y consagrado al santo Yoga es lo que atenúa las impresiones de fuera y, al disociar a la mente de todas las cosas exteriores, la mantiene en la estabilidad y la paz. Entonces la mente no presta atención a sus reflexiones interiores o exteriores; queda insensible tanto al placer como al sufrimiento y experimenta en sí misma el deleite de la unidad.
La mente sometida a incesantes deseos se parece al claro firmamento oscurecido por nubes; una mente así, oh Rama, sufre como un murciélago cegado por la luz del día, hasta que desprendiéndose de sus falsas invenciones alcanza el conocimiento del verdadero Dios y la dicha sin fin.
Al igual que al liberarse del imaginario temor de un tigre en la selva se reencuentra el reposo interior, así, profundizando en tu búsqueda, descubrirás que no existe cautividad en el mundo: las nociones ‘ése es el mundo’ y ‘éste soy yo’ no son más que errores de la mente.
Los caprichos nos asaltan y después se alejan, tomando formas diversas, de la misma manera que nuestras mujeres desempeñan el papel de esposas durante nuestra juventud y el de enfermeras en nuestra vejez.
Quien tenga una mente inclinada a saborear los placeres de la carne debería empezar por reprimir esas propensiones como se arrancan de la tierra las plantas venenosas.
El hombre noble y sabio que quiera vencer a sus adversarios deberá, en primer lugar, esforzarse en someter a los enemigos interiores de su propio corazón y de su propia mente, así como su cuerpo y sus miembros.Los hombres más afortunados son quienes tienen la valentía de dominar su mente en lugar de someterse a ella.
Yo reverencio a esos hombres puros y santos que han amaestrado a la grande y perversa serpiente de su mente enrollada en el fondo de su corazón; ellos son quienes reposan en la paz interior y en la serenidad de su espíritu.
Los reyes de la tierra, con sus capitales materiales, no son tan felices como los señores de las ciudades de su propio cuerpo y los maestros de su propia mente.
El hombre está a merced de las dificultades de este mundo lúgubre y oscuro como un pájaro caído en las aguas del mar. Por tanto, oh Rama, como si fueras un búfalo, saca con tu propio esfuerzo a tu mente fuera del charco ilusorio del mundo.
El hombre con una mente no inquietada por la sucesión de alegrías y penas mundanas ni por las vicisitudes de la enfermedad y de la muerte ya no es un ser humano, es como un yaksha.
Ni el mundo es tuyo ni tú eres de este mundo; no confundas lo falso con lo cierto.
Nunca alimentes en tu mente la idea falaz de que serás dueño de grandes bienes y de cosas agradables, porque tú, como esas cosas, existes para el deleite del Creador supremo y Dueño de todo.
A menos de que el bien de todos no se convierta en tu propio bien, oh Rama, no harás más que añadir trabas a tus pies. Incluso el bien de tu Imperio es ilusión si es exclusivo y está separado del bien de todos los seres.
Adora al Siempre-Misericordioso, al infinito Amor, como si se tratase de tu propia mente, y permanece en la paz dando paz a todos.»

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