miércoles, 22 de febrero de 2017

El Libro de los Secretos (Osho) CAPITULO-6 PRIMER ESCRITO



Capítulo 6 (PRIMER ESCRITO)
Estratagemas para Trascender los Sueños 
Preguntas 
¿Cómo ser consciente en sueños? 
¿Por qué hacer esfuerzos si somos meramente actores en el decorado de un escenario? 
Pregunta 1 
Un amigo ha preguntado: ¿Puedes explicarnos, por favor, cuáles son algunos de los demás factores que pueden hacerle a uno consciente mientras está soñando? 
Esta es una pregunta significativa para todos los que están interesados en la meditación, porque, en realidad, la meditación es una trascendencia del proceso de soñar. 


Estás soñando constantemente: no sólo por la noche, no sólo mientras estás dormido; estás soñando todo el día. 
Esto es lo primero que hay que comprender. 
Mientras estás despierto todavía estás soñando. 
Simplemente cierra los ojos en cualquier momento del día. Relaja el cuerpo y advertirás que los sueños siguen ahí. 
Nunca desaparecen, tan sólo quedan escondidos por nuestras actividades diarias. Es como las estrellas durante el día. 
Por la noche puedes ver las estrellas. 
Durante el día no las puedes ver, pero siempre están ahí. Simplemente quedan escondidas por la luz del Sol. 
Si entras en un pozo profundo, puedes ver las estrellas en el cielo incluso durante el día. 
Es necesaria una cierta oscuridad para ver las estrellas. 
Así que entra en un pozo profundo y mira desde el fondo, y podrás ver las estrellas también durante el día. 
Las estrellas están ahí. 
No es que por la noche estén ahí y durante el día no; siempre están ahí. Por la noche las puedes ver fácilmente. 
Durante el día no las puedes ver porque la luz del Sol se convierte en un obstáculo. Lo mismo sucede con soñar. 
No es que sólo sueñes cuando estás dormido. Cuando duermes puedes sentir los sueños fácilmente, porque ya no está presente la actividad del día; por eso puedes ver y sentir esa actividad interna. 
Cuando te levantas por la mañana, continúas soñando en tu interior mientras empiezas a actuar externamente. 
Este proceso de la actividad, de la actividad de cada día, simplemente oculta los sueños. Los sueños siguen ahí. 
Cierra los ojos, relájate en un sillón, y de pronto lo advertirás: las estrellas están ahí, no se han ido a ninguna parte. 
Los sueños siempre están ahí. 
Hay una actividad constante. 
Lo segundo… Si los sueños continúan, no se puede decir que estés realmente despierto. Por la noche estás más dormido, durante el día estás menos dormido. La diferencia es relativa, porque si los sueños siguen ahí, no se puede decir que estés realmente despierto. Los sueños crean un revestimiento sobre la consciencia. Este revestimiento se vuelve como humo: estás rodeado por él. No puedes estar realmente despierto mientras estés soñando, ya sea durante el día o por la noche. 
Así que lo segundo: sólo se puede decir que estás despierto cuando no estás soñando en absoluto. 
Llamamos a Buda «el que ha despertado». ¿Qué es este despertar? 
Este despertar es en realidad la cesación del sueño interno. 
No hay ningún sueño por dentro. 
Estás ahí, pero no hay ningún sueño. 
Es como si no hubiera ninguna estrella en el cielo; se ha vuelto espacio puro. Cuando no hay sueños, te conviertes en espacio puro. Esta pureza, esta inocencia, esta consciencia sin sueños, es lo que se conoce como iluminación: el despertar. 
Durante siglos, la espiritualidad en todo el mundo, Oriente y Occidente, ha dicho que el hombre está dormido. 
Jesús lo dice, Buda lo dice, los Upanishads hablan de ello: el hombre está dormido. De modo que mientras estás dormido por la noche, estás tan sólo relativamente más dormido; durante el día estás menos dormido. 
Pero la espiritualidad dice que el hombre está dormido. 
Esto hay que entenderlo. ¿Qué se quiere decir con eso? Gurdjieff, en este siglo, recalcó este hecho de que el hombre está dormido. «De hecho», dijo, «el hombre es un tipo de dormir. Todo el mundo está profundamente dormido.» ¿Por qué dice eso? No sabes, no te acuerdas de quién eres. ¿Sabes quién eres? Si te encuentras con una persona en la calle y le preguntas quién es y no te puede responder, ¿qué pensarás? Pensarás que está loco, o borracho, o simplemente dormido. 
Si no puede contestar quién es, ¿qué vas a pensar de él? 
En el camino espiritual todo el mundo está así. 
No puedes contestar quién eres. Éste es el primer significado cuando Gurdjieff o Jesús o cualquiera dice que el hombre está dormido: no eres consciente de ti mismo. 
No te conoces a ti mismo; nunca te has encontrado a ti mismo. Sabes muchas cosas en el mundo objetivo, pero no conoces al sujeto. Tu estado mental es como si hubieras ido a ver una película. La película está pasando en la pantalla, y tú te has embebido tanto de ella que lo único que conoces es la película, la historia, lo que está apareciendo en la pantalla. 
Entonces, si alguien te pregunta quién eres, no puedes decir nada. Soñar es sólo la película: ¡sólo la película! Es la mente reflejando el mundo. En el espejo de la mente se refleja el mundo; eso es soñar. Y estás tan involucrado en ello, tan identificado con ello, que te has olvidado completamente de quién eres. Esto es lo que significa estar dormido: el que sueña está perdido en el sueño. 
Lo ves todo excepto a ti mismo, lo sientes todo excepto a ti mismo, lo conoces todo excepto a ti mismo. 
Esta ignorancia de uno mismo es el dormir. 
A menos que cese el sueño completamente, no puedes despertar en ti mismo. Puede que hayas sentido algunas veces, mientras veías una película durante tres horas, y de pronto la película se termina y vuelves a ti mismo. Recuerdas que han pasado tres horas, recuerdas que era sólo una película. 
Notas tus lágrimas…, has estado llorando porque para ti la película era una tragedia, o estuviste riéndote, o estuviste haciendo alguna otra cosa, y ahora te ríes de ti mismo. ¡Qué tontería estabas haciendo! Era sólo una película, sólo una historia. No había nada en la pantalla; sólo un juego de luces y sombras, un juego eléctrico. Ahora te ríes: has vuelto a ti mismo. Pero ¿dónde estabas durante tres horas? No estabas en tu centro. Te habías ido completamente a la periferia. 
Te habías ido allí, donde transcurría la película. 
No estabas en tu centro, no estabas contigo mismo. 
Estabas en alguna otra parte. 
Esto sucede al soñar: esto es lo que es nuestra vida. 
La película dura sólo tres horas, pero este soñar está en funcionamiento durante vidas y vidas y vidas. 
Incluso si se detiene el sueño de repente, no serás capaz de reconocer quién eres. 
De pronto te sentirás muy inseguro, incluso asustado. Intentarás entrar otra vez en la película, porque eso es lo conocido. Estás familiarizado con ello, estás muy aclimatado a ello. Para cuando sucede que dejas de soñar, hay un camino, especialmente en el Zen, que se conoce como el camino de la iluminación repentina. 
Hay técnicas entre estos ciento doce métodos, hay muchas técnicas que te pueden dar el despertar repentino. 
Pero puede ser demasiado, y puede que no seas capaz de soportarlo. Puede que explotes. Puede incluso que mueras, porque has vivido soñando durante tanto tiempo que no recuerdas quién eres si no estás soñando. Si todo este mundo desaparece de repente y te quedas solo, te daría un pasmo tan grande que te morirías. Lo mismo sucedería si de pronto desaparecieran todos los sueños de la consciencia. 
Tu mundo desaparecerá, porque tu mundo era tu sueño. 
No estamos realmente en el mundo. Más bien «el mundo» no se compone de cosas fuera de nosotros, sino de nuestros sueños. Así es que toda persona vive en su propio mundo de sueños. Recuerda: no es un mundo de lo que siempre hablamos. Geográficamente lo es, pero psicológicamente hay tantos mundos como mentes. Cada mente es un mundo. 
Y si tus sueños desaparecen, tu mundo desaparece. 
Sin sueños te resulta difícil vivir. Ésa es la razón por la que los métodos repentinos no se usan de manera general; sólo se usan los métodos graduales. Es bueno darse cuenta de esto: la razón de que se usen los métodos graduales no es que sea necesario un proceso gradual. Puedes entrar súbitamente en esa realización en este mismo momento. 
No hay ninguna barrera; nunca ha habido ninguna barrera. 
Ya eres esa realización, puedes entrar en este mismo instante. Pero eso puede resultar peligroso, fatal. 
Puede que no seas capaz de soportarlo. 
Va a ser demasiado para ti. 
Estás aclimatado sólo a los sueños falsos. 
No puedes afrontar la realidad, no puedes entrar en contacto con ella. Eres una planta de invernadero: vives en tus sueños. Te ayudan de muchas formas. No son sólo sueños; para ti son la realidad. La razón por la que se usan los métodos graduales no es que la realización requiera tiempo. ¡La realización no requiere tiempo! 
La realización no requiere nada de tiempo. 
La realización no es algo que tenga que ser alcanzado en el futuro, pero con los métodos graduales la alcanzarás en el futuro. Así que ¿qué hacen los métodos graduales? 
En realidad no te están ayudando a «realizar la realización»; te están ayudando a soportarla. 
Te están haciendo capaz, fuerte, para que cuando suceda el suceso lo puedas soportar. 
Hay siete métodos por medio de los cuales puedes abrirte paso a la fuerza en la iluminación, inmediatamente. 
Pero no serás capaz de soportarlo. Puede que te quedes ciego: demasiada luz. 
O puede que mueras de repente: demasiada dicha. 
Este soñar, este dormir profundo en el que estamos, ¿cómo puede ser trascendido? Esta pregunta es significativa para trascenderlo: ¿Puedes explicarnos, por favor, cuáles son algunos de los demás factores que pueden hacerle a uno consciente mientras está soñando? 
Hablaré de otros dos métodos, Ayer hablamos de uno. 
Hoy, otros dos que son aún más fáciles. 
Uno es empezar a actuar, a comportarse como si todo el mundo fuera sólo un sueño. Independientemente de lo que estés haciendo, recuerda que eso es un sueño. 
Mientras estés comiendo, recuerda que eso es un sueño. Mientras estés andando, recuerda que eso es un sueño. 
Deja que tu mente recuerde continuamente, mientras estés despierto, que todo es un sueño. 
Éste es el porqué de llamar al mundo maya, ilusión, sueño. 
Éste no es un razonamiento filosófico. Desgraciadamente, cuando Shankara fue traducido al inglés, al alemán y al francés, a las lenguas occidentales, se sobreentendió que era simplemente un filósofo. 
Eso ha creado muchos mal entendidos. 
En Occidente hay filósofos -por ejemplo, Berkeley- que dicen que el mundo es sólo un sueño, una proyección de la mente. Pero esto es una teoría filosófica. Berkeley lo propone como hipótesis. Cuando Shankara dice que el mundo es un sueño, no es filosófico, no es una teoría. Shankara lo propone como una ayuda, un apoyo para una meditación específica. 
Y ésta es la meditación: si  quieres recordar mientras estás soñando que eso es un sueño, tendrás que empezar mientras estés despierto. 
Normalmente, mientras estás soñando no puedes recordar que eso es un sueño; piensas que es una realidad. ¿Por qué piensas que eso es una realidad? Porque todo el día estás pensando que todo es una realidad. Ésa se ha convertido en la actitud, una actitud fija. Mientras estabas despierto te estabas bañando: era real. Mientras estabas despierto estabas comiendo: era real. Mientras estabas despierto estabas hablando con un amigo: era real. Durante todo el día, toda la vida, independientemente de lo que estés pensando, tu actitud es que eso es real. 
Esto se arraiga; se convierte en una actitud fija de la mente. 
De modo que, mientras estás soñando por la noche, sigue funcionando la misma actitud: que eso es real. 
Así que, primero, analicemos. 
Debe de haber alguna similitud entre soñar y la realidad; de otra forma, esta actitud sería un tanto difícil. Te estoy viendo. Entonces cierro los ojos y entro en un sueño, y te veo en mi sueño. No hay ninguna diferencia entre las dos maneras de ver. Cuando te estoy viendo realmente, ¿qué estoy haciendo? 
Tu imagen se refleja en mis ojos. 
No te estoy viendo a ti. 
Tu imagen se refleja en mis ojos, y entonces esa imagen es transformada por medio de procesos misteriosos; y la ciencia aún no está en posición de decir cómo. 
Esa imagen es transformada químicamente y llevada a alguna parte de la cabeza, pero la ciencia todavía no es capaz de decir adónde, dónde sucede esto exactamente. 
No está sucediendo en los ojos; los ojos son sólo ventanas. 
No estoy viendo con los ojos, te estoy viendo a través de los ojos. Te reflejas en los ojos. Puede que seas sólo una imagen; puede que seas una realidad, puede que seas un sueño. 
Recuerda: los sueños son tridimensionales. 
Puedo reconocer una imagen porque una imagen es bidimensional. 
Los sueños son tridimensionales, por lo que son exactamente como tú y los ojos no pueden distinguir si lo que han visto es real o irreal. No hay manera de juzgar; los ojos no son el juez. Entonces la imagen es transformada en mensajes químicos. Esos mensajes químicos son como ondas eléctricas; van a alguna parte de la cabeza. 
Se desconoce aún dónde está el punto en que los ojos entran en contacto con la superficie de ver. 
Simplemente llegan a mí ondas, y entonces son descodificadas. Entonces las descodifico de nuevo, y de esta manera sé lo que está sucediendo. Yo siempre estoy dentro, y tú siempre estás fuera, y no hay ningún encuentro. 
Por eso, si eres real o sólo un sueño, es un problema. 
Incluso en este mismo momento, no hay manera de juzgar si estoy soñando o si estás realmente aquí. 
Escuchándome, ¿cómo puedes saber que estás escuchándome realmente, que no estás soñando? No hay manera. 
Es por eso que la actitud que mantienes durante todo el día es trasladada a la noche. Y mientras estás soñando, consideras que el sueño es real. Prueba lo contrario; eso es lo que quiere decir Shankara. Él dice que el mundo entero es una ilusión, él dice que el mundo entero es un sueño; recuerda esto. 
Pero somos tontos. Si Shankara dice: «Esto es un sueño», entonces decimos: «¿Qué necesidad hay de hacer nada? 
Si esto es sólo un sueño, entonces no es necesario comer. 
¿Para qué seguir comiendo y pensando que es un sueño?
 ¡No comas!» Pero entonces, recuerda: cuando tengas hambre, es un sueño. O come, y cuando notes que has comido demasiado, recuerda, es un sueño. 
Shankara no te está diciendo que cambies el sueño, recuerda, porque el esfuerzo para cambiar el sueño está basado falsamente, de nuevo, en la creencia de que es real; de otra forma, no hay necesidad de cambiar nada. 
Shankara está diciendo simplemente que no importa lo que esté pasando, es un sueño. 
Recuerda esto: no hagas nada para cambiarlo, tan sólo recuérdalo continuamente. 
Trata de recordar constantemente durante tres semanas que cualquier 100 cosa que estés haciendo es sólo un sueño. 
Al principio es muy difícil. Caerás una y otra vez en la vieja pauta de la mente, empezarás a pensar que es una realidad. Tendrás que despertarte a ti mismo continuamente para recordarte a ti mismo que «esto es un sueño». 
Si durante tres semanas puedes mantener constantemente esta actitud, en la cuarta o quinta semana, cualquier noche, mientras estés soñando, de pronto recordarás que «esto es un sueño». Ésta es una manera de entrar en los sueños con consciencia, con conciencia. 
Si puedes recordar por la noche, mientras estás soñando, que eso es un sueño, entonces, durante el día no necesitarás ningún esfuerzo para recordar que eso también es un sueño. 
Entonces lo sabrás. 
Al principio, cuando estés practicando esto, será sólo ficticio. Empiezas simplemente con fe… «Esto es un sueño.» 
Pero cuando puedas recordar en sueños que eso es un sueño, se volverá real. Entonces, durante el día, cuando te levantes, no sentirás que te estás levantando de dormir; sentirás que simplemente estás pasando de un sueño a otro. 
Entonces se volverá real. 
Y si las veinticuatro horas se vuelven un sueño, y puedes sentirlo y recordarlo, estarás en tu centro. 
Entonces tu consciencia se habrá convertido en un arco de dos flechas. Estás sintiendo los sueños, y si los estás sintiendo como sueños, empezarás a sentir al que sueña: el sujeto. 
Si consideras que los sueños son reales, no puedes sentir al sujeto. Si la película se ha vuelto realidad, te olvidas a ti mismo. Cuando la película se termina y sabes que era irreal, tu realidad irrumpe, se manifiesta; te puedes sentir a ti mismo. Ésta es una manera. 
Éste ha sido uno de los métodos indios más antiguos. 
Por eso hemos insistido en que el mundo es irreal. 
No lo decimos filosóficamente; no decimos que esta casa es irreal, así que puedes atravesar las paredes. ¡No es eso lo que queremos decir! Cuando decimos que esta casa es irreal, es una estratagema. 
No es un argumento contra la casa. 
Así que Berkeley propuso que el mundo entero es sólo un sueño. Un día, por la mañana, estaba paseando con Samuel Johnson. Samuel Johnson era un endurecido realista, así que Berkeley dijo: «¿Has oído hablar de mi teoría? 
Estoy elaborándola. 
Siento que el mundo entero es irreal, y no se puede probar que es real. Y la carga de probar que lo es recae sobre los que dicen que es real. 
Yo digo que es irreal; igual que los sueños.» Johnson no era un filósofo, pero tenía una mente lógica muy astuta. 
Están en la calle, paseando por la mañana en una calle solitaria. Entonces Johnson coge una piedra en la mano y le da un golpe en la pierna a Berkeley. Chorrea la sangre, y Berkeley grita. Johnson dice: «¿Por qué estás gritando si la piedra es sólo un sueño? Digas lo que digas, crees en la realidad de la piedra. 
Lo que dices es una cosa, y tu modo de actuar es diferente y contrario. 
Si tu casa es sólo un sueño, entonces ¿adónde vas a volver? ¿Adónde vas a volver tras el paseo matutino? 
Si tu esposa es sólo un sueño, no volverás a reunirte con ella.» Los realistas siempre han argumentado de esta manera, pero no pueden argumentar de esta manera con Shankara, porque la suya no es una teoría filosófica. 
No está diciendo nada sobre la realidad; no está proponiendo nada sobre el universo. 
Más bien es una estratagema para cambiar tu mente, para cambiar la actitud básica fija de forma que puedas mirar el mundo de una manera diferente, enteramente diferente. 
Esto es un problema, un problema para el pensamiento indio continuamente; porque para el pensamiento indio todo es sólo una estratagema para la meditación. 
No nos interesa si es verdadero o falso. 
Nos interesa su utilidad para transformar al hombre. Esto es enfáticamente diferente a la mente occidental. 
Cuando ellos proponen una teoría, les preocupa si es verdadera o falsa, si se puede probar lógicamente o no. 
Cuando nosotros planteamos algo, no nos preocupa su verdad; nos interesa su utilidad, nos interesa su capacidad, su capacidad para transformar la mente humana. 
Puede que sea cierto, puede que no sea cierto. 
En realidad, no es ninguna de las dos cosas: es simplemente una estratagema. He visto flores afuera. 
Por la mañana, sale el sol y todo es hermoso. Tú nunca has estado afuera, y nunca has visto flores, y nunca has visto el Sol de la mañana. 
Nunca has visto el cielo abierto; no sabes lo que es la belleza. Has vivido en una prisión cerrada. Quiero guiarte hacia fuera. Quiero que salgas bajo el cielo abierto y que veas estas flores. ¿Cómo lo voy a hacer? Tú no sabes qué son las flores. 
Si hablo de flores, piensas: «Se ha vuelto loco. 
No hay flores.» Si hablo del sol de la mañana, piensas: «Es un visionario. Ve visiones y sueños. 
Es un poeta.» Si hablo del cielo abierto, te reirás. Te echarás a reír: «¿Dónde está el cielo abierto? Sólo hay paredes y paredes y más paredes.» Así que, ¿qué voy a hacer? 
Debo idear algo que puedas entender y que te ayude a salir, así que digo que la casa está en llamas y empiezo a correr. 
Se vuelve contagioso: corres detrás de mí y sales. Entonces sabrás que lo que dije no era ni verdadero ni falso. 
Era sólo una estratagema. Entonces verás las flores y me perdonarás. Buda hacía eso, Mahavira hacía eso, Shiva hacía eso, Shankara hacía eso. Podemos perdonarlos después. Siempre los hemos perdonado, porque una vez que salimos, sabemos lo que estaban haciendo. 
Y entonces comprendemos que era inútil discutir con ellos, porque no era cuestión de discutir. No había fuego en ninguna parte, pero sólo podíamos comprender ese lenguaje. 
La flores sí existían, pero no podíamos comprender el lenguaje de las flores; esos símbolos no tenían sentido para nosotros. 
Así que ésa es una manera. 
Luego hay un segundo método en el otro polo. 
Este método constituye un polo; el otro método es el otro polo de la misma cosa. Un método es para empezar a sentir, a recordar, que todo es un sueño. 
El otro es no pensar nada sobre el mundo, sino simplemente seguir recordando que tú eres. Gurdjieff usó este segundo método. Este segundo método procede de la tradición sufí, del Islam. Ellos trabajaron con él muy profundamente. Recuerda: «Yo soy», independientemente de lo que estés haciendo. 
Estás bebiendo agua, estás comiendo tu comida; recuerda: 
«Yo soy.» Continúa comiendo y sigue recordando «yo soy, yo soy». ¡No lo olvides! Es difícil, porque ya piensas que sabes que eres, así que ¿qué necesidad hay de seguir recordándolo? Nunca lo recuerdas, pero es una técnica muy, muy poderosa. Cuando camines, recuerda: «Yo soy.» Deja que el caminar continúe, sigue caminando, pero estate continuamente fijo en este autorrecuerdo de «yo soy, yo soy, yo soy». No lo olvides. 
Me estás escuchando: hazlo aquí. Me estás escuchando. 
No estés tan fusionado, involucrado, identificado. 
No importa lo que yo esté diciendo; recuerda, sigue recordando. Estás escuchando, se suceden las palabras, alguien está hablando, tú eres «yo soy, yo soy, yo soy». 
Deja que este «yo soy» sea un factor constante de la conciencia. Es muy difícil. No puedes recordar continuamente ni siquiera durante un solo minuto. 
Pruébalo. Pon tu reloj ante tus ojos y mira cómo se mueven las manecillas. Un segundo, dos segundos, tres segundos… Sigue mirándolo, Haz dos cosas: mira el movimiento de la manecilla que muestra los segundos, y recuerda continuamente «yo soy, yo soy». Con cada segundo, sigue recordando «yo soy». 
En un plazo de cinco o seis segundos notarás que lo has olvidado. De repente te acordarás de que «han pasado muchos segundos y no he recordado que “yo soy”». 
Incluso recordarlo por un minuto completo es un milagro. Y si puedes recordarlo por un minuto, la técnica es para ti. Entonces hazla. Por medio de ella serás capaz de ir más allá de los sueños y de saber que los sueños son sueños. 
Continua…

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